¿Quién educará a la próxima generación de Latinos? La crisis fiscal y la educación universitaria en California
Víctor M. Rodríguez Domínguez*
(13 de julio 2009)
La educación universitaria en California enfrenta el reto más grande en su historia, pero serán los jóvenes latinos los que pagaran un precio desproporcionado por esta crisis en los próximos meses. El tranque legislativo entre el gobernador Schwarzenegger y la legislatura estatal han creado las condiciones que conducirán la economía de este estado a una debacle similar a la depresión.
El corte de $584 millones en el presupuesto de la Universidad Estatal de California, llevó al rector Charles B. Reed, informar que además de los 10,000 estudiantes que no serán admitidos al sistema estatal de educación superior de California (CSU) este otoño 2009, los 23 recintos universitarios no aceptaran admisiones en la primavera 2010. Esto significa que cerca de 45,000 estudiantes cualificados para una recibir educación universitaria no podrán tener acceso a la universidad estatal de California. La Universidad Estatal de California (CSU), con sus 23 universidades, cuenta con mas de 433,000 estudiantes. Junto a la Universidad de California (UC) y los colegios de la comunidad (CC) representan el esfuerzo de este estado en proveerle una educación universitaria a las futuras generaciones de Californianos.
Esto ocurre en un momento en que es crucial, si este estado pretende salir de la recesión económica, proveerle a las futuras generaciones, particularmente a los jóvenes latinos, la educación que necesitan para ser competitivos en el mercado de trabajo. De los tres sistemas, es la universidad estatal de California (CSU) la que contribuye mayormente a la educación de los latinos en California. La Universidad de California (UC), que es la universidad de más prestigio y que provee educación doctoral, cuenta con 220,000 estudiantes pero solo un 3 por ciento de los estudiantes son latinos. En los colegios de la comunidad (CCC), aunque el 29 por ciento de sus 1,548,000 estudiantes son latinos estas instituciones solo proveen grados asociados. Además, muchos estudiantes de los colegios de la comunidad no se transfieren a las instituciones de cuatro años tales como la CSU y la UC donde se proveen las carreras profesionales. Un título profesional aumenta dramáticamente la capacidad adquisitiva del trabajador.
Es por esta razón que el anuncio de $584 millones en recortes presupuestarios a la universidad estatal de California, el anuncio de posible despidos de profesores y administradores, junto al incremento en 10 por ciento en el costo de la matricula, tendrá un impacto desigual sobre los jóvenes latinos. En un momento en que las nuevas generaciones requieren mas acceso, tendrán menos. También se vislumbra la posibilidad en la próxima reunión de la Junta Rectora de la CSU, el próximo 21 de julio, el costo de la matricula se aumentará un 20 por ciento para un total de 32 por ciento en los últimos años. La calidad de la educación sufrirá, aumentando él numero de estudiantes por instructor, a la vez que disminuirá el tiempo que los profesores invierten en orientar a sus estudiantes. Y tal como reveló un estudio de Deborah A. Santiago para el Instituto de Política Tomas Rivera en el 2006, el porcentaje de estudiantes latinos que están siendo admitidos a universidad que proveen una licenciatura (bachillerato) no ha variado significativamente en 25 años. El porcentaje se ha mantenido entre 8 y un 10 por ciento. Estos recortes posiblemente pintaran un peor cuadro para los jóvenes latinos de este estado.
La reducción de acceso a una institución de educación universitaria no ha podido ocurrir en un peor momento. Estudios recientes indican que para el 2025, cerca de dos de cada cinco trabajos (41 por ciento) requerirán un grado universitario. Y dado que hoy día los jóvenes latinos representan casi el 50 por ciento de todos los estudiantes en el sistema de educación publica, esta crisis representa una crisis especial para la comunidad latina de California. La falta de un incremento en el acceso al sistema universitario implicara que los niveles de pobreza, y de ascenso social y económico serán altos para muchos sectores de esta población.
Irónicamente, la restricción en el acceso de una educación universitaria para la próxima generación de jóvenes Californianos, especialmente los latinos, tendrá un efecto económico negativo para todos los residentes de este estado. Se espera que para el 2010, el 36 por ciento de la fuerza trabajadora en California sea latina, y para el 2020 la proprocion de latinos pudiera alcanzar el 50 por ciento. Si esta fuerza trabajadora no está altamente calificada, la salud fiscal de California estará amenazada, los sistemas de pensiones sufrirán y la economía sufrirá un descenso aun peor.
Esto se agrava debido a que en los próximos años, los tres grupos generacionales con las más altas tasas de educación universitaria, constituidos por Californianos (en su mayoría Anglos) entre las edades de 55 a 59 años, (35 por ciento con grado universitario), 50 a 54 años, (32 por ciento con grado universitario), y entre las edades de 60 a 64, (32 por ciento con grado universitario) comenzarán a retirarse del mercado del trabajo. Los llamados “baby boomers” crearan una brecha entre la demanda de trabajadoras altamente cualificados y la oferta. De acuerdo a un estudio reciente (2009) de Hans Johnson y Ria Sengupta del Instituto para una Política Publica en California (PPIC) el estado necesitara un millón más de graduados universitario que la oferta. Estos cortes aseguraran que California no podrá mantener su competitividad económica en las próximas décadas.
Como han dicho muchos estudiosos de la comunidad latina, el futuro de este estado dependerá del acceso a las oportunidades de ascenso social y económico, las mismas que se le proveyeron a generaciones anteriores.
Pero si las tendencias en el pasado reciente son una predicción del futuro, no se vislumbra un futuro mejor. El compromiso de este estado con la educación publica ha decaído desde el 1980, cuando el 17 por ciento del presupuesto de estado se invirtió en la educación universitaria. En el 2007, solo se invirtió un 10 por ciento del presupuesto estatal. Este descenso va paralelo al incremento en la proporción de los estudiantes que son latinos en el estado.
Hay que invertir en el futuro ahora. Y nos toca a todos decidir que rumbo debemos tomar.
*Correo: rodrigvm@cox.net Sociólogo y catedrático de ciencias sociales en el Departamento de Estudios Chicanos Y Latinos en California State University, Long Beach. Autor de Latino Politics in the U.S.: Race, Class and Gender in the Mexican American and Puerto Rican Experience. Dubuque, IA: Kendall-Hunt Press, 2005.)
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