2014: Los
latinos en la política norteamericana
Víctor M. Rodríguez Domínguez
Catedrático, Departamento de
Estudios Chicanas/os y Latinas/os
Universidad
Estatal de California, Long Beach
Este año es un momento estratégico y crucial para que tipo de derrotero político
tomarán los Estados Unidos en lo que resta del Siglo XXI. Las elecciones de noviembre 4, 2014 en gran
medida determinarán la política y la cultura política de los Estados Unidos en
los próximos años en asuntos tales como la posible reforma del proceso de
inmigración, la resistencia contra los esfuerzos a nivel de los estados de excluir
votantes a través de diversas medidas, y
que tipo de ambiente cultural se seguirá desarrollando con respecto a la creciente
población multi-racial y multi-cultural. Además,
la actitud del gobierno federal y el pueblo norteamericano frente a los
esfuerzos de auto determinación de Puerto Rico y los intentos de los sectores
estadistas en Puerto Rico por impulsar su proyecto dependerán también del
resultado de estas elecciones. Es por eso que será importante comprender el
potencial del voto latino en esta ronda electoral.
Por décadas se ha utilizado la metáfora del “gigante dormido” para
describir el potencial político de las poblaciones latinas en los Estados
Unidos. Lamentablemente, la falta de conocimientos demográficos y políticos
sobre esta población ha creado una mitología basada en conceptos erróneos y
distorsionados sobre la realidad socio-política de esta diversa población. Esto ha llevado a organizaciones políticas en
Puerto Rico, especialmente el Partido Nuevo Progresista a invertir recursos
humanos y financieros en insertar puertorriqueños en organizaciones pan-latinas
tales como la Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos o LULAC por sus
siglas en ingles. También han tenido unas iniciativas con resultados
irregulares en organizar a jóvenes universitarios de Puerto Rico que estudian
en instituciones de educación superior en los Estados Unidos. Estos esfuerzos
no lograron cumplir con los objetivos deseados con excepción de la aprobación
de unas resoluciones y pronunciamientos públicos a favor de la Estadidad sin
ninguna mayor repercusión. Pudieron
lograr una limitada proyección mediática que tampoco condujo a nada medular.
Desafortunadamente para los estadistas, estos estuvieron aquejados de los
mismos estereotipos que existen entre sectores anti-latinos sobre la supuesta
homogeneidad de la creciente población latina en los Estados Unidos. El gigante
dormido siguió durmiendo a pesar de los esfuerzos de agitarlos en apoyo a la
estadidad para Puerto Rico.
Los independentistas siguiendo los pasos que los Nacionalistas habían
seguido en el Noreste de los estados pero sufrieron la desarticulación de sus
proyectos en los Estados Unidos, proyectos que en una ocasión llevó a que
organizaciones como el otrora Partido Socialista Puertorriqueño tuviera
organizaciones y cuadros desde el este hasta el oeste de los Estados Unidos. En Nueva York y Los Ángeles en ocasiones se
celebraron actividades multitudinarias en apoyo a la independencia de Puerto
Rico. Claridad se vendía en las calles del este de Los Ángeles, Chicago y Nueva
York. También lograron acceso a congresistas que pudieron ayudar en ciertos
objetivos políticos. Hoy día el trabajo político es realizado por
organizaciones locales, relativamente desarticuladas que enfatizan el trabajo
por los prisioneros políticos, temas laborales que se resaltan en los medios, y
el trabajo comunal. Esfuerzos recientes en establecer vínculos con
organizaciones progresistas en los Estados Unidos han quedado sobre el tintero,
el más reciente fue la participación del Movimiento Independentista Nacional
Hostosiano (MINH), algunos miembros de la Unión de Juventudes Socialistas, el
Movimiento Socialista de los Trabajadores en el Foro Social en la ciudad de
Detroit en el 2010. En ese evento se
logró proyectar la lucha por la autodeterminación pero sin ninguna continuidad.
En estos momentos en que la población latina ha alcanzado su más alto nivel
poblacional en los Estados Unidos el movimiento independentista cuenta con
limitadas conexiones estratégicas con el creciente movimiento político en las
comunidades latinas.
Retando la
mitología sobre los latinos en los Estados Unidos
Es cierto que la población latina ha aumentado significativamente, hoy
(2014) representan un 17.7% de la población norteamericana o 57 millones de
habitantes. Pero la población no es homogénea, hay distintos patrones geográficos,
de asociación y de segregación entre los sub-grupos latinos. Primero, los
puertorriqueños que constituyen 9.5% de la población latina tienden a concentrarse
en el noreste, sureste y el medio oeste (Chicago) de los Estados Unidos. Los
mejicanos quienes constituyen 64.6% de la totalidad de los latinos tienden a
concentrarse en el suroeste pero de forma incrementada se han dispersado por el
medio oeste (Chicago), el noroeste (Nueva York) y el sur, especialmente en las
Carolinas, Georgia y Florida.
El
único otro grupo que se acerca en cantidad a los boricuas y los mejicanos son
los salvadoreños y los cubanos que representan 3.8% y 3.6% respectivamente de
la totalidad de la población latina. Por otro lado, los patrones de segregación
son distintos. Un estudio reciente sobre los patrones de segregación de los
latinos desde el 1980 hasta el 2010 por Iceland et al. (2013) señala que los puertorriqueños
están más segregados de otros latinos que los mejicanos pero menos que los
salvadoreños, cubanos y dominicanos en el 2010.
Pero también notan que el patrón de segregación esta declinando para los
boricuas y los cubanos. En términos de interacción social con otros grupos el estudio
nota que los mejicanos son los más aislados, esto se debe a como son el grupo
más numeroso los mejicanos tienden a interactuar con otros mejicanos.
Las implicaciones de estos patrones es que surgen unas visiones de mundo
distintas y unas perspectivas políticas diversas sobre varios asuntos con
implicaciones políticas. Es por eso que es difícil hablar de “política latina”
y más acertado hablar de las perspectivas políticas de los latinos. El asunto
de la inmigración es un buen ejemplo. Cuando se habla del “problema migratorio”
y los latinos en realidad es un eufemismo para hablar sobre el rol positivo o
negativo que tiene para la población latina los más de 11 millones de
inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos. Estas perspectivas varían
significativamente entre los grupos latinos.
La fundación PEW
reveló en octubre del 2013 que 46% de los latinos piensan que el impacto de la
población no documentada en los Estados Unidos es positivo. Esto varía por
grupo desde un 59% de los dominicanos que perciben como positiva la población
indocumentada hasta los puertorriqueños quienes en su mayoría la ven como un
factor negativo. Solo un 34% de estos tiene una perspectiva positiva de esta
población. Los mejicanos, por ejemplo, solo un 47% ven como positivo el rol de
los indocumentados, solo 2 por ciento más que el promedio de la población
latina (aun cuando la mayoría de los indocumentados son mejicanos). Los cubanos al otro extremo se asemejan a los
puertorriqueños y solo 38% tienen una visión positiva de esta población. Por lo
tanto aun en el seno mismo de la población no hay un consenso sobre el rol de
esta comunidad en los Estados Unidos.
Pero, cuando se brega directamente con la reforma migratoria el panorama
es distinto. De acuerdo a Latino
Decisions uno de los centros de investigación más confiables sobre la
política y los latinos, el 60% de los votantes latinos cree que la reforma es
el tema político más importante por encima de la economía. Este se debe a que
muchos latinos o conocen una persona indocumentada o tienen algún familiar en
ese estatus. Los entrevistados eran votantes que van a participar en las
elecciones de noviembre 2014. En estas elecciones se eligen todos los
congresistas y cerca de 34 de los senadores, además casi la mitad de los
gobernadores. No es hasta el 2016 que las elecciones incluyen la presidencia de
los Estados Unidos. Por lo tanto dependerá de cómo el Partido Demócrata y el
Republicano se enfrenten a este tema y sus esfuerzos por captar y movilizar el
voto latino lo que decidirá el apoyo o no de los votantes latinos.
Aunque los latinos apoyaron al Partido Demócrata en el 2012, cuando 71% de los votantes latinos apoyaron al
Presidente Obama, solo un 54% se identifican como Demócrata y aun muchos
encuentran el partido no muy hospitalario con los latinos. Muchos de los nuevos electores se identifican
como independientes. El Partido Demócrata ha asumido en la práctica que los
latinos votarán impulsivamente por ellos cuando en realidad lo que ha movido a
muchos latinos hacia el Partido Demócrata es que el Partido Republicano es tan
extremista en sus posiciones anti-inmigrante y anti-latina que los latinos no
están atraídos al partido Demócrata es que son repelidos por el Partido
Republicano. Hay numerosos casos en que el partido demócrata ha perdido
importantes campañas debido a esta dejadez y su negativa de incorporar
activamente a los latinos y movilizar el voto latino. En Nueva York
recientemente no se aprobó legislación para el llamado “Dream act” que
permitiría a los estudiantes indocumentados asistir a universidades públicas
sin tener que pagar matrícula como no residente que siempre es mucho mas
alta. En el estado de California por
ejemplo, el permitir que los estudiantes indocumentados (llamados estudiantes
AB540, por la ley que legitimó esto) decenas de miles de estudiantes indocumentados
han podido cursar estudios universitarios. Pero en California el 39% de la
población es latina y hay un caucus legislativo latino poderoso. Pero, aun en
California el partido demócrata sufre de dejadez y asume que los latinos
automáticamente apoyarán su plataforma.
Recientemente en Texas, la progresista senadora estatal Wendy Davis,
quien se convirtió en un símbolo de la lucha de las mujeres por sus derechos cuando
logró detener temporeramente legislación que coartaba los derechos
reproductivos de las mujeres, ganó la nominación para gobernadora en las
primarias Demócratas. Empero, si va a ganar la gobernación necesita el voto de
los latinos quienes son el 38% de la población de Texas. El Partido Demócrata
no movilizó a los latinos y la senadora Davis perdió en todos los condados de
mayoría latina en el sur de Texas y la frontera con Méjico. El partido
demócrata hizo lo mismo que hizo en el 2012 no dedicó recursos a movilizar los
votantes latinos de Texas. Según Sylvia Manzano profesora de ciencias políticas
de la universidad de Texas, en 2012 solo
el 25% de los votantes latinos fueron contactados y movilizados por los
Demócratas. Hasta en California, donde
los Demócratas adolecen de la misma falta ellos solo contactaron el 31% de los
que votaron.
La razón fundamental que mantiene al proverbial “gigante dormido” es que
tradicionalmente los grupos inmigrantes, desde el caso clásico de los
irlandeses en el noreste de los Estados Unidos fueron movilizados por los
partidos políticos con sus campañas casa por casa. Estos esfuerzos con los
latinos de parte del Partido Demócrata han brillado por su ausencia
históricamente y aún persiste la dejadez. En el caso de los latinos que tienen
una muy baja participación electoral esto es lo que decide si esta población se
suma a políticas progresistas o se mantienen apolíticos y sin movilizar
beneficiando al sector conservador. Esto
es particularmente cierto en las llamada elecciones no-presidenciales como son
las de noviembre 2014. En el 2010, donde los republicanos coparon en el
congreso, solo el 31.2% de los ciudadanos latinos votaron. Esto contrasta con el
48.6 de los blancos no latinos (categoría que no incluye a los latinos que se
identifican como blancos en las encuestas) quienes si participaron en estas elecciones
apoyando el “Tea Party” y el virazón a la derecha en el país. Si el Partido Demócrata de nuevo persiste en
ignorar y en no movilizar a los votantes latinos a través la movilización casa
por casa y la inclusión de los temas como la reforma migratoria, la economía y
la creación de trabajos los latinos se quedaran en su casa.
Irónicamente lo único que movería a los latinos a votar y evitar que el Partido
Demócrata repita la debacle del 2010 es si los Republicanos toman posiciones
tan extremistas como cuando en el 2005 cuando el congresista de Wisconsin Jim
Sensenbrenner sometió la ley HR 4437 que financiaba la creación de una verja,
legitimaba el uso del perfil racial contra los latinos, militarizaba la
frontera en fin una serie de medidas duras y opresivas. Esto llevó a cientos de miles de latinos a
las calles con manifestaciones en lugares como Los Ángeles de 1 millón de
personas y cantidades dramáticas en Chicago, San Antonio y hasta Nueva York.
También fue exitosa en detener los aspectos más opresivos de la ley. Pero, más
importante es que electrificó y movilizó a los latinos en las elecciones del
2008. El 49.9 de los latinos registrados
votaron y más dramático es el impacto que tuvo en la juventud latina. En el
2006, otras elecciones no presidenciales solo el 16.6% de los jóvenes latinos
entre los 18 y los 24 años votaron. La movilización hizo que en el 2008 el
38.8% de los jóvenes votaran, la proporción más alta vista en décadas. Por lo tanto, con la tradicional relativa
baja participación electoral de los latinos, si los demócratas no se alertan
pudieran muy bien perder el voto latino. Y aquellos que salga a votar serán los
sectores más conservadores de clase media y nacidos en los Estados Unidos
quienes son más dados a identificarse como blancos y a votar por los Republicanos.
Estos solo necesitan el 40% de los votos latinos para ganar las elecciones y
copar el senado. Y para lograrlo solo
tienen que ponerle una sordina a sus extremistas pues las encuestas revelan que
cuando Paul Ryan hizo unos comentarios positivos
sobre los inmigrantes los Republicanos recibieron más opiniones positivas (71%)
de los latinos así que la valla no es muy alta.
Conclusión
Recientemente,
a principios de marzo de este año, la Conferencia del Comité de Acción
Conservadora (CPAC) se celebró en Maryland. Es esta la reunión más importante
de la derecha norteamericana. Contrario a reuniones de años anteriores donde
supremacistas blancos campearon por los pasillos y tuvieron una participación
significativa, esta vez los organizadores modularon el evento y no le
permitieron mucha visibilidad a los grupos más extremistas. Obviamente, frente a las elecciones de
noviembre los republicanos quieren presentar su mejor perfil. Hasta auspiciaron
un evento para proveer estrategias y motivación para reclutar latinos para el
partido. El resultado fue patético, un salón con cabida para más de 300
personas apenas tuvo una participación de unas pocas docenas de activistas. Pero con la motivación, obsesión que tienen
los republicanos con el programa de seguro médico (AHCA) o el “Obamacare” como
le llaman sus detractores y los ataques al presidente por todas sus políticas
pudieran llevar un elevado número de sus votantes a las urnas en
noviembre. En estos momentos en que la
población de los llamados “baby boomers” representan una proporción
significativa de la población y de los votantes, pudieran cambiar aún más la
correlación de fuerzas aún más hacia la derecha. Los votantes entre las edades 48 a 64 tienen
muy altas tasas de participación electoral. En el 2010 el 57% de los blancos no
latinos votaron mientras solo el 40.2 de los latinos en la misma categoría de
edad votaron. Y si los jóvenes latinos repiten la tasa de participación del
2010 porque no hay temas que les atañen ni movilización que los motive, votaran
solo un 16.1% de ellos. Esto significará, muy probablemente que los
republicanos tendrán la sartén por el mango al controlar el senado. De esto
suceder, no habrá reforma migratoria que valga la pena, es posible que se ataque
y se desmantele gradualmente el seguro médico, se tomaran medidas económicas
para reducir el mitológico déficit que reduciran la red social de apoyo a los
pobres y el financiamiento de la educación superior. Irónicamente también
implicará que no habrá espacio ni motivación para discutir la estadidad
tampoco.
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