(Esto fue el producto de una investigación que realicé al final de la década del noventa, también gracias a una fuente confidencial dentro de la Junta de Planificación quien me proveyó muchos detalles sobre el proceso que utilizó el gobierno de Pedro Rossello para incorporar a Puerto Rico in toto en el Censo Yanqui. Todas las profecías resultaron ciertas, 80.5% de los Boricuas se identificaron como blancos y los esfuerzos de los demógrafos puertorriqueños por desarrollar un censo Boricua, con sus propias categorías e idiosincrasias, desapareció del mapa. Hay reformas que matan)
Las mentiras alrededor del Censo 2000 y la unidad nacional puertorriqueña
Por Víctor M. Rodríguez Domínguez
Especial para Claridad
(El autor es catedrático de sociología en el Departamento de Estudios Chicanos y Latinos en la Universidad Estatl de California, Long Beach, California, Imperio Yanqui. Correo electrónico: rodrigvm@cox.net)
"La cuestión racial es el problema del siglo XX"
---W.E.B. DuBois
"Esta sobre el tapete la suprema definición: O Yanquis o Puertorriqueños"
---Pedro Albizu Campos
Cultura, Nación, Política
Es ya un lugar común decir que la identidad nacional es la raíz fundamental de las potentes expresiones políticas escenificadas en Puerto Rico en los últimos anos. Pero, dado el lugar estratégico que la cultura y la identidad nacional ocupan en las luchas políticas, cabe la redundancia en estos momentos. Cualquier persona familiarizada con la experiencia puertorriqueña conoce lo profunda que es la identificación nacional puertorriqueña. Esta identificación no es meramente una identificación con el folclor, esta experiencia representa una realidad cultural que transforma la visión de mundo Esta visión de mundo ha sido tradicionalmente una sobre la cual se ha construido el proyecto nacional puertorriqueño. En otras palabras, ha sido el pueblo independentista quien ha llevado el liderato (no el monopolio) de la profundización de la cultura e identidad nacional en la experiencia diaria del pueblo boricua.
En anos recientes otra generación de investigadores sociales han descubierto el mediterráneo al redescubrir la cultura. Entre otras cosas han resaltado el rol del capital en promover y cooptar la producción cultural. Arlene Dávila en su libro "Sponsored Identities" (1997) menciona entre otras cosas el rol de las agencias de publicidad y las corporaciones que representan, en la promoción de los símbolos culturales puertorriqueños. Nancy Morís en "Puerto Rico: Culture, Politics and Identity" (1995) menciona como la dialéctica relación entre la influencia norteamericana y la identidad puertorriqueña ha llevado a profundizar la identidad puertorriqueña en formas contradictorias a lo anticipado: la asimilación.
La cultura, ese fenómeno resbaloso, contradictorio continua sorprendiendo a los especialistas por su habilidad de eludir nuestras redes teóricas. Pero lamentablemente, con la honrosa excepción de Lillian Guerra en su "Popular Expresión and National Identity" (1998) esta nueva generación aunque reconoce el rol protagónico de la cultura y el sentimiento nacional ignoran algo que investigadores sociales en el pasado, aunque de manera somera, resaltaron de forma sutil: la cuestión racial en Puerto Rico. Por otro lado, el enfoque de la Profesora Guerra es la experiencia histórica de las primeras décadas de este siglo mientras que los anteriores estudios tratan de extender su análisis hasta el presente.
La fuerte unidad nacional que se ha desarrollado en los últimos años alrededor de los prisioneros políticos, pero particularmente alrededor de Vieques y su lucha contra la marina de guerra yanqui, es obviamente una consecuencia de la profundización de la cultura e identidad nacional boricua. Cuando miembros de partidos colonialistas, presionados por la fuerte voluntad de unidad hablan de unirse a la desodebiencia civil en defensa de la integridad del territorio nacional en Vieques, algo importante se está dando en la formación social boricua. El reconocimiento por líderes estadistas de que la lucha estadista ha sido afectada por la lucha Viequense es también un reconocimiento del importante cambio cultural en ciernes. Empero, este fenómeno cultural de identidad no siempre camina por una vía, particularmente la vía deseada. El dirigismo cultural es mas una construcción teórica que una realidad concreta.
En unas semanas comenzará a circular el cuestionario federal del censo 2000 en Puerto Rico. En el horizonte se cierne una amenaza que aunque a distancia parece pequeña, sutíl y aparentemente burocrática pudiera minar las cimientes de este muro de contención al poder metropolitano en Puerto Rico. Se trata de la intromisión de las categorías polarizadas raciales yanquis al interior de la cultura y vida cotidiana puertorriqueña. A continuación el trasfondo de este proceso.
Censo 2000 la cuestión racial y la "integración automática"
Meses atrás en Claridad (11-17 de Junio 1999), miembros del Grupo Puertorriqueño sobre Raza e Identidad llamaron al pueblo boricua a responder a las preguntas sobre raza e etnicidad que por primera vez en 49 años aparecerán en el censo federal realizado en la isla. Este llamado responde a la realidad de que no contamos con los datos empíricos necesarios para revelar los patrones de discriminación racial en Puerto Rico. Existe la información anecdótica y descriptiva pero no el tipo de información empírica que se utiliza en el sistema judicial para llevar casos sobre discriminación racial a los tribunales. Además, como fue evidente en conversaciones que sostuve durante en junio 1999 con amigos, miembros y dirigentes de el movimiento independentista, hay una escasez de información certera sobre el racismo en Puerto Rico.
Lamentablemente, la prensa puertorriqueña aun no ha presentado (porque no ha tenido acceso a las fuentes de información) la realidad completa de como y porque se determinó utilizar exactamente el mismo cuestionario utilizado en los Estados Unidos. Los últimos 50 anos, en Puerto Rico el censo utilizaba un cuestionario ajustado a la realidad cultural y demográfica puertorriqueña. La historia detrás de esta decisión revela de forma clara la manera de funcionar de la administración Rosellista.
El uso de este cuestionario mas que un problema metodológico, es un problema político que traerá importantes consecuencias sociales en Puerto Rico. Forma parte de lo que Juan Mari Bras aducía en una entrevista reciente "la estrategia Rosellista de la integración automática" de Puerto Rico a los Estados Unidos. En cierta medida, ya se ha logrado de forma significativa, la integración económica de Puerto Rico a la economía norteamericana. La mayoría de los estudiosos aceptan esta realidad, las diferencias que existen entre estos tienen que ver con cuan integrado o no esta Puerto Rico a la economía imperial norteamericana.
Pero en términos sociales y culturales, la distancia entre los Estados Unidos, y particularmente dado el incremento en el sentimiento nacional Puertorriqueño, es amplísima. La intensificación de la identificación cultural, e unidad nacional puertorriqueña ha servido de muro de contención sobre el efecto de la integración económica. Pero, esa unidad nacional que palpamos en una actividad donde Sila Calderón anuncio su candidatura a gobernadora y donde lo único que ondearon fueron banderas puertorriqueñas, y en su reciente visita a Vieques esta cimentada sobre una base relativamente frágil. La unidad nacional por la que los sectores patrióticos han luchado y han dado sus vidas durante los últimos 150 años tiene su talón de Aquiles: la cuestión racial.
Censo 2000: Las Mentiras
Desde que se anuncio oficialmente la decisión de utilizar en Puerto Rico el mismo cuestionario que se utiliza en los Estados, el gobierno Rosellista comenzó una labor de esconder como y porque se realizo esta decisión. La administración Rosellista, temía las posibles repercusiones políticas en un momento en que la administración se encontraba aun reculando del efecto de el plebiscito de Diciembre 13, 1998. En este, la mayoría del pueblo Boricua dio al traste con los intentos de atosigarle la estadidad a Puerto Rico. Pero, a pesar de el mensaje claro de el pueblo, el gobernador no se amilanó.
La estrategia Rosellista de la "integración automática" implica implementar administrativamente, en forma sutil, aquellos procesos que conduzcan a reducir las diferencias sociales y culturales entre los Estados Unidos y Puerto Rico. El desarrollo de programas bilingües, y el uso de el cuestionario de el censo de los Estados Unidos son formas graduales de impulsar unos procesos culturales y sociales que preparan a la isla para la estadidad. Este es el legado, un caballo de Troya que la administración Rosellista le deja al pueblo boricua y cuyas consecuencias se seguirán experimentando décadas después de su salida de La Fortaleza. En este caso del censo, las consecuencias serán potencialmente dramáticas.
Una fuente cercana a el proceso en la junta de planificación, donde se discutió inicialmente esta decisión, me proveyó de recortes y trasfondo de este complejo proceso. La primera noticia, que pasó casi desapercibida, apareció en la prensa del país el 9 de enero de este año. El Nuevo Día en la edición de ese día decía "Ingresa la isla a las estadísticas del censo federal." El Comisionado Residente, Carlos Romero Barceló, presenta las nuevas de que en Puerto Rico se utilizara el cuestionario estadounidense traducido al español como una victoria de sus gestiones. En realidad el proceso fue muy distinto. Si uno se limita a la lectura de la cobertura de la prensa, se lleva uno la impresión de que el Buró del Censo fue obligado a acceder a los reclamos boricuas, nada mas lejos de la verdad.
En el 1958, el gobernador Luis Muñoz Marín llegó a un acuerdo con el departamento de comercio de los Estados Unidos (bajo el cual se ubica administrativamente el buró del censo) para asegurar la participación de Puerto Rico en determinar que tipo de cuestionario se utilizaría en la isla. Puerto Rico estaría representado por la junta de planificación la cual utilizaría su experiencia técnica para determinar el contenido de dicho cuestionario. El propósito lógico de este acuerdo era determinar primero que necesidades tenia Puerto Rico y que tipo(s) de preguntas proveían la información necesaria para la planificación social y económica de la cual la junta es responsable.
La práctica que se desarrolló desde ese entonces, era el de un comité interagencial que reunía a usuarios privados de la data (académicos, expertos en mercadeo, demógrafos etc.) y las agencias gubernamentales que usaban estos datos para cumplir sus responsabilidades gubernamentales. Estos determinaban cuales tópicos eran necesarios y le informaban al buró federal del censo que querían/necesitaban y así procedía el buró del censo. Existía autonomía local en determinar estas prioridades y necesidades en cuanto a los datos y/o preguntas. El Buró del Censo, según la fuente cercana al proceso, siempre estuvo abierto a recibir e implementar las preguntas y/o temas que los miembros del comité interagencial estimaban importantes.
Desaparece cuestión racial de el discurso demográfico en Puerto Rico
Una de las decisiones que se realizaron, temprano en el proceso a mediados de la década de los cincuenta fue no incluir preguntas sobre raza/etnicidad en el cuestionario distribuido en Puerto Rico. Se pensó entonces, que las preguntas de este tipo no se adecuaban a la realidad social puertorriqueña. Desde el censo de 1950, hace 49 años, no se incluían en el cuestionario preguntas sobre las raza o etnicidad de los informantes.
En años posteriores a esa decisión hubo peticiones de distintos grupos de que se utilizara el mismo cuestionario. Según nuestra fuente, en el 1980, la Corporación de Servicios Legales requirió que se incluyeran preguntas sobre raza en el cuestionario utilizado en Puerto Rico en los censos subsiguientes. Una decisión legal, donde se utilizaba la jurisprudencia de la DPR (Decisiones de Puerto Rico) en la Corte Suprema de Puerto Rico y el circuito federal, dictaminó que dada la realidad social y cultural de Puerto Rico esa información no era necesaria.
Mas recientemente, la organización "National Puerto Rican Coalition," a través de su portavoz José Núñez, pidieron que se utilizara el mismo cuestionario. Una de las razones para esta petición es que permitiría aumentar de forma automática la población latina y boricua en los Estados Unidos. Al presente, cuando se presentan datos poblacionales sobre los latinos en los Estados Unidos nunca se incluyen los mas de 3.9 millones de puertorriqueños residentes en Puerto Rico. Obviamente, cuando organizaciones latinas o boricuas están en sus gestiones de cabildeo el añadir 4 millones mas de personas le provee mas poder de regateo. Los 3 millones de puertorriqueños se convierten en 7 millones, los 32 millones de Latinos se convierten en 36 millones. Aparentemente, algunos de los miembros del Caucus Congresional Hispano apoya esta petición.
La mayoría de los que apoyan incluir o integrar a Puerto Rico en los cálculos poblacionales de los Estados Unidos son personas u organizaciones radicadas en los Estados Unidos. Para estos individuos u organizaciones hay razones estratégicas para que se unan los datos. Recordemos también las intensas gestiones del Gobierno de Rosello durante su incumbencia como presidente de la asociación de gobernadores norteamericanos de congraciarse con sectores organizados entre los latinos de los Estados Unidos. Particularmente Roselló busco apoyo de estos para sus gestiones a favor de la estadidad.
En esta ultima ronda en preparación para el año 2000, el comité interagencial estuvo dirigido por la Sra. Lillian Torres, en aquellos momentos directora de la área de planificación social y económica de la oficina del censo dentro de la Junta de Planificación. Este comité, cuyo encargo era servir de asesor al gobierno sobre el contenido del cuestionario, y que estaba constituido de expertos en demografía, mercadeo, abogados etc. no recomendó que se utilizara el mismo cuestionario que se usa en los Estados Unidos. Aunque se discutió, por ejemplo la necesidad de data sobre las relaciones raciales en Puerto Rico no se sugirió el uso del el cuestionario federal sino una versión modificada como se había hecho en los últimos 49 años.
Durante las discusiones internas del comité, una de las áreas donde se sostuvieron los intercambios mas dramáticos fueron alrededor de el incluir o no preguntas sobre raza y etnicidad. Los académicos (demógrafos, sociólogos etc.) se encontraban divididos en torno a el incluir o no pregunta sobre raza y etnicidad. Al final de la discusión se llegó a una decisión donde una pequeña mayoría decidió incluir la pregunta de raza y etnicidad. Entre los participantes estuvieron algunos representantes de agencias federales que aducían la data sobre raza y etnicidad era necesaria para la recopilación de estadísticas sobre vivienda y salud. Esto permitiría determinar si hay patrones de discriminación racial en Puerto Rico. Pero, en torno al uso total de el cuestionario norteamericano la decisión del comité interagencial fue continuar el mismo proceso de los últimos 49 años que le proveía a la isla autonomía y participación directa en la confección del cuestionario a utilizarse en Puerto Rico.
Pero, el trabajo arduo de los expertos en esta materia demográfica, los usuarios de esta data, y las agencias gubernamentales que participaron n el comité interagencial, resulto en vano. La Sra. Norma Burgos, a la sazón presidenta de la Junta de Planificación le informó al Gobernador Roselló de la decisión del comité. Contrario a la practica de medio siglo el gobernador, se reunió con su gabinete y unilateralmente tomaron la decisión política de utilizar el cuestionario norteamericano.
Se le instruyó a los secretarios de agencias que prepararan planes de contingencia para recoger datos necesarios para la planificación de las distintas agencias. Unos de los resultados de esta decisión, como se destacó al principio de la discusión en la prensa, es que ahora se perdería información estratégica sobre tendencias en la fecundidad, analfabetismo, uso de energía eléctrica etc. El único recurso que recogía esta información en Puerto Rico es el censo federal cada diez años.
Control del daño: la cobertura periodística
Es interesante notar como la cobertura periodística desde enero 1999 en adelante comienza señalando esta valiosa perdida de información debido a la utilización de este cuestionario federal. El Nuevo Día (18 de enero) titula "Pierde el censo el toque criollo" dando un matiz negativo a esta decisión. Puerto Rico, contrario a los Estados Unidos no tiene otras formas de recoger información en las áreas que ahora quedaban fuera del cuestionario.
Aparentemente los expertos en relaciones publicas del gobierno decidieron darle un giro positivo a la noticia. Entre otras cosas, le prohibieron a miembros del personal de la junta discutir el asunto con la prensa. De ahí en adelante, solamente el presidente de la Junta de Planificación, Sr. Héctor Feliciano hablaría con la prensa sobre el Censo 2000. Automáticamente, desapareció de el discurso sobre el censo noticias sobre lo que iba a perder Puerto Rico ya que no desarrollaría sus propias preguntas. Además, no se discutía cual seria el impacto de las preguntas sobre raza y etnicidad en la sociedad boricua. Ahora el discurso en la prensa sobre el Censo 2000 gira alrededor de materias técnicas o de como Puerto Rico se va a beneficiar en términos de acceso a mas recursos federales.
Por otro lado, se da la impresión de que esta fue una decisión tomada por la junta de planificación al ser el Sr. Feliciano, presidente de la Junta de Planificación quien provee la mayor parte de la información publica sobre el Censo 2000. En realidad, la decisión fue tomada por razones políticas por la administración Rosellista. El Sr. Feliciano se ha visto "forzado" a difundir información que raya en la falsedad.
Dice El Nuevo Día en su edición del 9 de mayo que según el Sr. Feliciano "la Junta, que creo un comité para el censo con personas de otras agencias, decidió que se entregaría el mismo cuestionario lo que, según Feliciano agilizara el proceso." Dos falsedades en una misma oración.
Primero, el comité interagencial no decidió utilizar el mismo cuestionario, la decisión fue mantener las preguntas utilizadas en años anteriores e incluir preguntas sobre raza y etnicidad. La decisión de utilizar el cuestionario federal fue tomada por La Fortaleza. Segundo, esto no agilizará la distribución de los datos en forma dramática. De acuerdo a la fuente es posible que se reduzca en tres meses el tiempo para la diseminación de la información. Pero lo que se pierde en información no es compensada. La razón para el continuado retraso es que los datos de "las posesiones" se tabulan al final de las tabulaciones y el procesamiento de los datos de los estados. Esto no va a cambiar.
Los que si sucederá es un cambio radical en la forma en que se presentan los datos pues ahora, es factible, tal y como lo pidieran organizaciones latinas y boricuas en los Estados Unidos, presentar los 3.9 millones de boricuas en Puerto Rico como parte de la población "hispana" de los Estados Unidos. Esto se facilita ya que la información aparecerá contigua a la información de los Estados Unidos. Integración censal por decreto burocrático! Lo que no logró Roselló a través de un plebiscito lo logró tras bastidores en cuartos oscuros llenos de humo.
La cuestión racial en Puerto Rico y el discurso independentista
La sociedad civil en Puerto Rico ha asumidos unas características distintas en la ultimas dos décadas. La fragmentación de la vida cotidiana, la ubicua influencia cultural estadounidense, la migración de retorno de boricuas, y la expansión de la cultura consumista en Puerto Rico han cambiado las relaciones entre "el pueblo" y las instituciones sociales. Estos procesos junto al derrumbamiento de el socialismo burocrático en Europa han tenido un marcado impacto al interior de las organizaciones políticas independentistas.
Particularmente en la práctica política, las organizaciones que luchan por la independencia, con sus honrosas excepciones, han enfocado la mayor parte de su acción política a consolidar un trabajo alrededor de la cuestión nacional. Esta línea no es solo producto de una deliberada práctica política sino surge también de la debilidad organizativa de el independentismo y de la creciente influencia ideológica capitalista en su recalentada vertiente neoliberal. Es por esto que en cierta medida, aun cuando no se han abandonado totalmente la luchas por los derechos de la mujer, el ambientalismo, la justicia económica, el peso mayor de la práctica y el discurso político gira alrededor de la defensa de la nacionalidad. Esto en cierta medida ha tenido resultados positivos, particularmente en la lucha en defensa de Vieques.
Irónicamente a pesar de la debilidad estructural, el independentismo ganó la batalla cultural, nacional. Y de seguir desarrollándose el diálogo alrededor de los tímidos intentos de la administración colonial de reivindicar al independentismo encarpetado es posible que los independentistas puedan incluso escalar un peldaño mas en su influencia moral. Parte de los frutos de la incrementada posición moral de los independentistas se concentran en estos momentos en el incremento en el prestigio del ex-senador Rubén Berrios.
Así que ahora tenemos que la existencia de nuestra nación es ahora un lugar común entre grandes mayorías en Puerto Rico. Lo que era, hace tres décadas subversivo, alternativo se convierte ahora en el medio utilizado por las transnacionales para expandir el consumismo. Aunque la razones para esta victoria son complejas es obvio que se ha creado un espacio importante dentro de la sociedad puertorriqueña para una labor de liberación nacional.
Irónicamente, esta situación de "hegemonía" cultural nacional y la relativa debilidad organizativa no ha llevado al independentismo a re enfocar estratégicamente en áreas rezagadas del trabajo político. En cierta medida, el trabajo que se realizaba hace unas décadas, particularmente por organizaciones tales cómo el Partido Socialista Puertorriqueño, en áreas tales como los derechos de la mujer e inclusive sobre la in equidad social ya no tienen el mismo claro relieve que antes. No quiere decir esto que no aparecen en programas y declaraciones, sino que obviamente la cuestión nacional es por mucho el énfasis primordial de la mayoría de las organizaciones patrióticas.
La iniciativa de bregar con estos asuntos, incluyendo el racismo, sexismo y la homofobia han quedado en las manos de organizaciones dentro de la sociedad civil que solamente bregan con un asunto a la vez. En otras palabras, con excepción de organizaciones tales como el Frente Socialista, la mayoría de las organizaciones bregando con estos temas dentro de la sociedad boricua solamente trabajan una área en particular. Las organizaciones políticas ya no tienen la practica de bregar con una multiplicidad de asuntos sociales. Cada asunto o reivindicación social tiene sus núcleos independientes que enfocan su trabajo en su particular nicho. Esta "especialización" es producto de la fragmentación de la vida cotidiana puertorriqueña.
Lamentablemente, la decisión del Gobernador Rosello de introducir en Puerto Rico un cuestionario con preguntas sobre raza y etnicidad extrañas a la realidad boricua causará confusión y división. En el discurso puertorriqueño no se establecen las nítidas y polarizadas distinciones de blanco/negro. En el Caribe las categorías raciales son mas matizadas y graduales, cimentadas en una línea continua basada en las gradaciones de color.
No creo que esta decisión se hizo sin discernir lo que esto implicará para la práctica política independentista. Particularmente cuando hemos sido renuentes en poner el debido énfasis a la discusión y exploración de el racismo en la sociedad puertorriqueña y dentro del movimiento independentista. Si el movimiento patriótico puertorriqueño no comienza a desarrollar un proceso para reflexionar sobre el racismo en Puerto Rico el caballo de Troya de Rosello logrará su propósito de dividir aun mas a las fuerzas patrióticas.
No tenemos un lenguaje ni la experiencia en Puerto Rico para hablar y comprender el racismo. En conversaciones recientes con campaneros dirigentes de varias organizaciones hubo un consenso de que no hemos enfrentado la cuestión racial en Puerto Rico. Algunos campaneros de hecho entienden que la cuestión racial no debe ser parte de la lucha nacional. En otras palabras, que aun cuando obviamente estamos en contra del racismo no debemos poner ningún énfasis en nada que no sea la cuestión nacional. Yo también en el pasado compartí esa perspectiva, pensaba que el racismo era un hombre cubierto por una capucha blanca. En realidad el racismo es mas sutil, entrelazado en la cotidianeidad, se expresa en las normas culturales de nuestras mas preciadas instituciones. Para muestra hay que mirar quienes son los que habitan nuestro sistema penitenciario, veremos ahí el racismo como fuerza sistémica independiente de nuestra individualizadas buenas intenciones o de que "tengamos amigos negros."
Desde que el profesor Isabelo Zenón publicó su importante libro "Narciso descubre su trasero" la mayor parte de el trabajo anti-racista lo desarrollan intelectuales e organizaciones dispersas en la sociedad civil. Ningún partido u organización política independentista ha querido tomar el toro por los cuernos y explícitamente combatir el racismo.
En los próximos meses los puertorriqueños serán forzados a auto identificarse y a pensar sobre raza y etnicidad. El cuestionario les obligará a pensar soy negro, blanco, asiático, indio etc. Aunque hay muchos boricuas que enfrentan esta realidad en su cotidianeidad, particularmente los que son pobres y/o viven en los caseríos o barriadas pobres, la mayor parte de los puertorriqueños obvia u ignora la identificación racial y optan por la nacional. Pero esta no es la pregunta que el censo formulará en Puerto Rico. La pregunta iniciara una reflexión que no se ha realizado en mucho tiempo en nuestro país.
En vez de permitir que se imponga desde afuera los términos de esta conversación podemos comenzar a discutir que implica el racismo en Puerto Rico. Como se manifiesta la cuestión racial al interior del movimiento patriótico? Porque la mayoría de el liderato patriótico boricua es blanco? Porque el discurso independentista tiene atracción para unos grupos sociales y no a otros?
Una compañera independentista me comentaba que en ocasión de haber sido asaltado, la policía le pidió que mirara unas fotos del fichero de la policía. La gran mayoría de las fotos eran de jóvenes negros puertorriqueños. Otra compañera dirigente me decía recientemente que cuando ella asistía a actividades patrióticas ella sabia que seria la única persona negra en la misma. También relato como una joven estudiante pobre residente en un caserío le decía que ella "no valía nada porque era negra y pobre." Obviamente un sector importante de nuestra población experimenta una opresión adicional a la nacional, la opresión por no ser lo que nuestra sociedad considera "blanco."
Tenemos que re enfocar nuestro trabajo ahora que la lucha cultural ha cosechado victorias, que estamos cosechando el respeto por nuestra alta moralidad y patriotismo. Debemos hacerlo antes de que se nos imponga una "visión de mundo" distinta. Es factible que sin echar a un lado la cuestión nacional enfilemos nuestra mirada para que "veamos" el potencial que tiene el racismo de dividirnos. La cuestión racial muy bien pudiera ser, nuestro talón de Aquiles. El racismo nos divide al cegarnos a ciertas realidades que son obvias para otros que las sufren en su cotidianeidad.
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¿Por qué Puerto Rico sale a votar más que Estados Unidos?
ReplyDeleteLos puertorriqueños votan a un 80%. Los ciudadanos de Estados Unidos votan a un 50%. Por qué esta diferencia de 30%. ¿Serán que los puertorriqueños somos más creyente de la democracia que los mismo ciudadanos estadounidense?
Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos desde el 1898. Desde entonces, los puertorriqueños que han querido descolonizar a Puerto Rico lo han asesinado o encarcelado. Muchos puertorriqueños le tienen terror hablar de la independencia para Puerto Rico debido a esta represión de 116 años.
Como el colonialismo es siempre para explotación, no hay oportunidades en Puerto Rico para los puertorriqueños. Por eso es que tenemos ahora más puertorriqueños afuera que adentro de Puerto Rico. ¡Los puertorriqueños están desesperados para encontrar una solución política para nuestro colonialismo eterno!
La mayoría de los puertorriqueños creen que podemos descolonizarnos a través del proceso electoral. Pero el proceso electoral está en última instancia bajo el control del gobierno de Estado Unidos. Como el gobierno de Estados Unidos ha ignorado 33 resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidiéndole que inmediatamente descolonice a Puerto Rico, y ha mantenido a nuestro preso político Oscar López Rivera encarcelado por 33 años a pesar de un reclamo mundial para su excarcelación, no debe haber duda alguna de EEUU nunca permitirá nuestra descolonización por vía electoral. ¡Si se pudiera, no lo tendríamos!
La mejor forma para descolonizarnos seria que los 80% de los electores puertorriqueños salgan mejor a la calle para demandar nuestro derecho inalienable a la autodeterminación e independencia, e insistir que la descolonización la maneje la ONU. Después de todo, la descolonización está bajo la jurisdicción de la ley internacional, y nunca bajo la ley nacional. Por eso es que el colonialismo es crimen en contra de la humanidad bajo la ley internacional, pero no bajo la Constitución de Estados Unidos.
José M López Sierra
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com